Cómo tomar una decisión importante
Cosas que necesitas tomar en cuenta a la hora de tomar una decisión importante.
7/22/20252 min read
Frente a decisiones cruciales, solemos cuestionar aspectos vitales: reevaluamos valores, sueños y anhelos. Buscamos que el camino elegido se alinee con la historia que queremos contar sobre nuestras vidas, ese giro que transforme nuestra travesía en un relato de crecimiento, no de fracaso. Pero como nadie conoce el futuro, la incertidumbre nos paraliza.
Cuando las opciones son similares, es decir si debes elegir entre alternativas casi equivalentes, toma cualquiera. La verdadera diferencia está en cómo narrarás esa decisión después, tanto a ti mismo como a otros.
Al optar por un camino, renunciamos a los beneficios del otro. Y esto duele: queremos las ganancias de ambos senderos sin pagar sus costos. Es humano, pero poco realista. Necesitamos aceptar que cada elección trae luces y sombras: oportunidades por un lado, desafíos por otro. Ninguna opción es completamente buena ni mala; se trata de elegir la que mejor encaje con lo que estás dispuesto a vivir, incluso cuando eso implique cierta incomodidad.
Estrategias prácticas para decidir:
Define con precisión. Como sugería el Gato de Cheshire en Alicia en el país de las maravillas: "Si no sabes a dónde vas, cualquier camino sirve". Si estás leyendo esto, seguramente tienes una dirección. Identificarla es tu primer paso. Escribe a mano la decisión que estás considerando. Detalla cada opción: mientras más concreta sea tu descripción, más claridad ganarás.
Investiga a fondo Recolecta información sobre cada alternativa. Una decisión informada genera seguridad posterior.
Analiza costos y beneficios Haz dos columnas por opción:
Ganancias (lo positivo que obtendrías)
Costos (emocionales, materiales, de tiempo)
Asigna un valor subjetivo (1-10) a cada ítem según tu escala personal.
Suma cada columna. El resultado te ayudará a visualizar qué opción vale realmente el esfuerzo.
Viaja al futuro Busca un lugar tranquilo. Respira profundamente tres veces y cierra los ojos. Imagina que tomas el Camino A:
¿Cómo se siente tu vida?
¿Qué cambia? ¿Qué sacrificios implica?
¿Qué beneficios obtienes?
Observa las sensaciones en tu cuerpo.
Repite el proceso con el Camino B. Finalmente, respira y deja que tus reflexiones fluyan sin forzarlas.
Sea cual sea tu elección, recuerda esto: “Confía en tu creatividad y capacidad, confía en ti mismo”. Cuando mires atrás, sabrás que decidiste con las mejores herramientas que tenías en ese momento. Y eso siempre será suficiente.